jueves, 4 de octubre de 2012

Consecuencias (XV)


Cómo podré agradecer todo lo que en aquellos días hiciste por mi querida Claudia, cómo podría pagar todo lo maravilloso que me hacías sentir cada día, y sin recibir de mi nada. Ahora lo veo, ahora veo todo lo que hiciste. Ahora, ahora comprendo el valor de la amistad, que el amor puede más que la muerte misma. Porque estaba muerto, lo sabes, pero tu amor me devolvió a la vida, cuando no lo merecía, cuando nadie daba ya nada por mi, y nunca te di nada, nunca me pediste nada, sólo que fuera feliz, sólo que te dejase amarme… no hay amor más grande, que el que tú mostraste entonces.
 
***

     Pronto, Natanael fue saliendo del paso, y menos mal, por que pensé que lo perdía, lo perdí una vez y no quería volverlo a perder, aunque lo dejamos de mutuo acuerdo, creo que en el fondo ninguno de los dos quería hacerlo y ahora parecía tarde. Fue mi culpa, aunque él piense que no, pero sí.
     Verlo mas animado me ayudó mucho, hizo que por fin me sintiera bien en mucho tiempo, muy liberada, no obstante seguí llorando muchas noches, pero el maquillaje hace milagros y creo que nadie lo notó. Los días se fueron haciendo más llevaderos, el verle sonreír me llenaba cada día y mi esperanza en volver renacía cada día con mayor fuerza. Me sentía como una niña enamorada por primera vez y a la vez sentía el dolor del corazón traspasado, del amor que no se sabe amado… pero yo lo había elegido así… era mi vida o la tuya y opté por la que mas amaba, la tuya…


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