jueves, 4 de octubre de 2012

Un Susurro Tenebroso (XI)




“Yo soy tu inspiración, yo la musa de tus sueños, el tormento de tus pesadillas, soy tu mayor deseo, soy tu mayor miedo, soy todo aquello que amas pero temes, todo eso que odias pero anhelas, todo eso que no entiendes y que buscas. Soy la locura de D. Quijote y la cordura del fiel Sancho, yo la angustia en la soledad, el consuelo en el llanto, la causante de él. Soy la pasión de los amantes, la causa de su dolor, soy la rosa y soy la espina. Soy lo que necesitas y no puedes tener, yo fui la ensoñadora enamorada de Bécquer, yo fui el hielo de su pasión, yo fui la soledad de Manrique, y descrita en Dante, de mi escribió Shakespeare… Yo desencadené la guerra de Troya, yo, cual Eris griega, yo, cual airada Hera, poderosa... ¿aún quieres saber quien soy? ¿aún te preguntas por qué te escogí? Tú me llamaste, yo en ti habito, tú solo no puedes echarme, sólo el amor puede vencerme, pero no lo ves... no te das cuenta. Yo te voy ensimismando, yo te voy dejando solo, y día a día me apodero más y más de ti. Como una marioneta me sirves, y sin saberlo me das tu vida. Como la araña espera paciente yo te sigo, y no puedes ver que tu vuelo se acaba, que cada día te acercas más que ya puedo olerte... y me amas... ¡me amas! Crees en mi belleza, y no ves mi veneno, anhelas mi calor, y no ves el gélido hielo en que vivo, andas por mis sendas y no ves las espinas que te rodean, caminas en mis parajes sin ver el incendio que todo lo devasta, paseas por mis jardines y no ves que no son mas que polvo de hueso y ceniza. Sí, uno más, otro más, uno cualquiera... y crees que eres único, uno más… y te crees afortunado. Sólo eres uno más de los muchos que fueron, de los muchos que son, y de los muchos que serán... las parcas ya tejen tu hilo y pronto te cortan la trama. Tu sensibilidad me alimenta, tu generosidad me fortalece, crees que te amo, y me das asco, repugnancia me causa tu mirada. Sí, sigue amándome, sigue amándome que tu ingenuidad me llena y tu incredulidad me deja la vía libre... ¿Quieres besarme? Lo harás, y como hiciera Adán en el Edén, al hacerlo morirás, pero no sin antes haberte consumido. Como la droga consume el cuerpo, como la muerte consume el cadáver, tu locura me será muy divertida, y tu final será para mí puerta a otros lugares, a otros paraísos que devastar, tú no temas, mi luz te tendrá cegado y cuando la oscuridad te invada, yo estaré ahí para hacerme fuerte. Te daré la claridad de una noche oscura, y en medio de ella robaré tu alma, cortaré tu trama y dejaré al olvido tu recuerdo, a las lagrimas tu persona, a la desesperación tu ser y por último a la tumba tu cuerpo. Pero aún no, aún un tiempo más, aún eres una delicia, aún me deleita tu vuelo... aún más tiempo... sólo un poco más...” 

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